LA LLAVE

Mi pecho tiene punzadas
que no sangran, que no paran
se caen y se levantan
como si al bombear cada día
estuviese cerca de nada.

Huracanes lo destruyeron
se quemó en aquel incendio
casi está ahogado en miseria
pero sin una gota de vida.

Tal vez si uso la llave
podré abrir la puerta
donde el carmesí me tiñe
pero me devolverá aliento.

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