SIN LLAVE

Escondido en el eterno invierno
tras la caída del bello jardín
mueren los tambores lentos
que solo bombean a otro ritmo.

Lo resguarda gigantescas puertas
cuyas llaves han desaparecido
y ahora sin custodios algunos.

Existe un cofre descompuesto
que poseía un antiguo tesoro
que resonaba con el alba
y armonizaba su melodía.

Cuencas pausadas de ríos helados
con una corriente casi extinta
que ahora existe mientras perece.

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