El rincón de Cristian J M

Me despojo del espacio y del tiempo en la nada busco mi cobijo donde me baña el silencio en mi pequeño escondrijo. Me despojo del mañana y del ayer en el presente tampoco estaré me volveré espuma como las olas mientras mi barco desaparece. Me despojo del dolor y el placer sin las carencias o virtudes de las que el hombre siempre se ha quejado y jactado. Ya no busco nada en el plato que una vez fue un alimento porque estoy a total disposición de desaparecer para siempre y en bastante brevedad.

Espejismo a mi espalda perdida vete para siempre de mis lágrimas que has secado todo mi océano muere por fin de mis pobres latidos. Dame compresión vida de esto ella es esa tumba, mi castigo perpetuo nunca fuiste realmente mía pero yo ciego y terco seguía. Mi amado angel celestial, mi musa mi Diosa lejana que nunca poseí cada vez más lejos te has marchado mientras mi corazón he machacado. Odas al himno que vos una vez fue junto a saetas de juicio divino me recuerdan mi único y puro amor que en ese triste ayer se ha marchado.

Para llegar a una meta caídas tendrás levante y siguiendo ese rumbo entre las venas marchitas de la vida derruidas hasta quedar en escombros. Purgas de actos detienen mis pasos implacables deberá ser mi visión más allá del lago que un día me ahogó tan lejano como ese ser que se marchó. Quita la niebla de mis senderos o destruiré inocentes a mi caminar queriendo y no queriendo todo lograr. Lanza cuantas maldiciones puedas porque solo lograrás perderos en tus fallos de los que ahora te cuelgas.

Terco latido de la ignorancia que no quiere ver la verdad desea un palpitar muy ajeno que no será nunca para ti. Deja atrás esa necesidad ciega de aferrarte a lo que no nutre déjanos sentir nuevas esperanzas no busques quien dará más dolor. Perdona mi decisión sin pensar pero yo no tomo las riendas  simplemente me dejo guiar  mi intención no es darte alguna ofensa. Sé que ella no puede ser mía pero el amor ajeno es así las lagunas no serán llenadas mientras sea puro y no acaparador. Pero la duda siempre me existe no tomemos otra mal decisión los cantos antiguos fallaron mucho incluso esa hermosa lechuza que con su amor a la noche profunda nos hizo llegar demasiado lejos. No quiero perdernos de nuevo en nada el miedo me detiene en estos actos si es necesario acorzarte por siempre lo haré por nuestro total presente. Perdona si vuelvo a equivocar pero intentar no es una derrota el rendirse es peor que fracasar deja la coraza y yo la venda para así el p

El infinito túnel del tiempo me impacta carecemos del espacio suficiente para vivir nuestro ser se limita a existencia que se esfuma a través de la nada. Somos las tinta de una pluma sin color la masa de un pastelero sin sabor somos el antojo de un ser ilegitimo que un día simplemente nos reclamó. Las carencias constantes de la nada son las virtudes que ni el todo goza ¿Dónde se hallara la respuesta?, que nunca fue resuelta del todo. Simplemente deseo desaparecer pero antes dejar una muestra de que si quiera existió mi caparazón que una vez protegió mi bomba. ¡Te suplico que no vuelvas nunca! tus palabras crearon mi dolor por el que peregrino mis días y ahora simplemente canto a un ser desconocido o que yo mismo finjo no saber realmente quién es.

El improviso de un canto nada fijo incoherente parece a lo que yo vivo una horrible desidia nocturna, diurna que solamente yo intento ignorar. ¿Será acaso que la coraza se ha abierto?, yo pensaba que el vacío llenaba mi nada me confunden actos inexistentes en piel pero constantes en mi inconsistencia. ¡Debería dejar de desear volver al jardín! Pero yo no pido nada, soy inocente de mi ser, las carencias de mis caricias viven ahí no me creo digno de un canto merecer. Mis actos difieren de mi interior la coraza quiere romperse y salir la caminata sigue durando todavía debe existir una forma mejor de vivir. Suave monarca de las tierras lejanas no confundas al tonto y débil nunca, perdona los pensares de los humildes que ya no saben bien que deben hacer.

Los matices de mis cantares son solo sobras de mi herida ya quedan del ayer cicatrices ni llanto ni nada a la perdida. Voz en silencio en el movimiento principia el tono del viejo juglar que ya no siente gozo ni tormento simplemente camina en su andar. Ruidoso estruendo del cielo mientras la santa clara divina mengua en el final del ciclo mientras bebo sorbos de nada. A través de lo que no hay aquí que se esfuma con el viento y el mar deja tu huella en roca de aliento que viajará una completa eternidad. Llega a dónde tengas que llegar yo seguiré a mi verdadero destino que paso a paso se va a forjar.