FUEGO
Producto de los encantos de Afrodita
ambos estaban uno frente a otro,
hechizados por sus productores de palabras
y sintiendo sus puentes al mundo exterior.
Palpitando a ritmos altos,
sudando las gotas de amor,
careciendo del mínimo pudor,
ambos cuerpos estaban en unión.
Pieles manoseaban las sienes
provocando el fuego, robado por Prometeo
y que Afrodita en ambos encendió.
El incendio de ambos no paraba,
cada sonido, cada gesto, cada mirada,
encendían más y más el fuego,
cada caricia, cada beso, cada movimiento,
provocaban que ambos cuerpos
fueran consumidos por toda la pasión.
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