PIRÓMANAS TRADICIONES

En un escondrijo de de oscuros colores,
entre ratones y podridos olores,
cada cierto tiempo se escucha una tonada,
cada cierto tiempo se revive un escenario,
cada cierto tiempo se forma una gran llamarada,
cada cierto tiempo los espectadores regresan
y juntos cantan la misma tonada.

Ubicado en los pedazos de algodón,
se escucha lo último de lo que fue
de una persona su respiración,
era una víctima de nuestra gloria,
de aquel suave terciopelo,
era un tributo a nuestra retina,
un goce a nuestra rutina.

Poco a poco se apagaban,
sus faros sin luz quedaban,
pero a nosotros nos alumbraba,
como el cielo perdiendo estrellas
para dar vida al Sol.

Entre algodón derramados fluidos,
hermoso terciopelo mojabas,
y no podía emitir ruido,
y no podía marcar su presencia,
poco a poco, pero más rápido después
su respiración terminaba,
poco a poco el se apagaba,
pero la fogata continuaba.

Nuestra sagrada vela da vida a otra mezcla
que combustiona a una segunda hoguera,
para seguir viendo y viendo,
la malta incendia e incendia,
no puede gritar, sólo llorar
y nosotros disfrutar.

Por piedad desde su ser rogaba su alma,
mientras nosotros el espectáculo mirábamos,
y se reía y se reía,
con cada minuto, el calor más se sentía,
mientra el moría y moría,
como ave viva al azadón,
y de todo quedaba ceniza y carbón,
y con ese carbón algún día de nuevo
un héroe ira al azadón.