LA CELDA

Mi cuerpo era un cadáver casi sin vida
Colgando estaba en la enredadera
Inmerso estaba entre aquellas espinas
Tal fue mi suerte que de pronto caía.

Mis esperanzas eran que ahora estaría mejor
Mis expectativas eran a un mejor sitio
En mi estancia ahí no había creído tal error
Estaba en una celda bastante gigantesca.

En ella me enterraban grandes vigas oxidadas
En ella me ponían al fuego intenso
En ella viví lo cercano a un infierno
En ella sentí como me despedazaban
En ella supe lo que sufrían a quienes traicionaban
En ella fui débil y caí totalmente inconsciente
Esperando que al despertar, estaría en el sitio siguiente.




Somos prisioneros de nuestro propio dolor, aunque el causante sea una traición.

Comentarios

Entradas más populares de este blog

LLOVIZNA MORTAL

LINDA ERES...

COMO LA LUNA